martes, octubre 10, 2006

Los Nuevos Enigmas de la Mona Lisa

La Gioconda es quizás la obra de arte más analizada en la historia de la humanidad. Cientos de artículos, libros y películas se han hecho tratando de descifrar los secretos que esconde el cuadro de Da Vinci.

Recientemente un grupo canadiense de antropólogos, curadores de arte e historiadores han llegado a nuevas conclusiones sobre la sonrisa y en general la pose de la famosa Mona lisa.

Su hallazgo principal es que La Mona Lisa estaba embarazada o había dado a luz poco tiempo antes de posar para Leonardo da Vinci. Además llevaba puesto un vestido maternal y tenía le pelo recogido en un moño.

El estudio ha desvelado los misterios a partir de imágenes digitales en tres dimensiones que obtuvieron gracias a un escáner láser. La exploración en tres dimensiones reveló que el vestido de la Mona Lisa estaba cubierto por un fino velo transparente, típico en Italia a comienzos del sigo XVI en las mujeres que estaban embarazadas o que acababan de dar a luz. Además afirman, sin ninguna prueba clara en este aspecto, que fue pintada originalmente con su cabello atado en un moño, aunque hoy aparezca suelto sobre sus hombros. El líder del proyecto de investigación, Bruno Mottin indicó que “La revelación pone fin a una vieja controversia, porque solo las niñas o mujeres de mala reputación usaban su cabello suelto en Italia en esa época”. Explicó además que la Mona Lisa verdadera era una mujer de estrato social alto. La Mona Lisa real tuvo tres hijos. Da Vinci recibió el pedido del acaudalado empresario florentino Francesco del Giocondo para que pintara a su esposa entre 1503 y 1506, luego del nacimiento de su segundo hijo, pero el pintor se quedó con la obra y trabajó en ella hasta su muerte, cambiando su cabello y otros aspectos del cuadro. En la Mona Lisa original, la mujer agarra su silla más firmemente, y no está recostada contra la silla, como algunos creían, sino sentada derecha, mostraron los resultados del scanner.

Los investigadores también obtuvieron datos sobre la técnica de pintura de Da Vinci, incluida su famoso sfumato o técnica de difuminación de los contornos. Los intelectuales identificaron una falta de pinceladas, sugiriendo que Da Vinci podría haber usado sus dedos para pintar, pero tampoco aparecen huellas en la obra.En definitiva, la sonrisa de la Gioconda esconde un secreto que supera los hallazgos de cualquier grupo de expertos y la ficción de autores como Dan Brown.

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