La Minifalda (Parte 2)

Fuente: Encyclopedia of Pop Culture
La minifalda se convirtió en un símbolo de rebeldía en la década de los 60. Fue creada en Chelsea, Inglaterra por la diseñadora Mary Quant quien desafió todas los estándares de la moda.
A mediados de los 60, ninguna persona en la onda de la moda quería lucir madura. La ropa ya no servía al propósito de diferenciar ricos y pobres, sino que se había convertido en el símbolo que establecía una enerote brecha entre aquellos jóvenes de corazón y los tradicionalistas anticuados. Una apariencia de niña y una actitud cándida y fresca eran en ese entonces los sellos de una nueva clase de sofisticación irreverente.
La fiebre de la pequeña prenda saltó rápidamente de Inglaterra a todos los países del hemisferio occidental convirtiéndose en un fenómeno social sin precedentes en la moda. Grupos civiles moderados y organizaciones religiosas buscaban todo tipo de razones para vetar la minifalda. Su creadora, Mary Quant les ayudó en su propósito sin quererlo: en cierta ocasión un periodista le preguntó cuál era el significado social de la minifalda. Quan respondió sin vacilar: “Sexo”
Las mujeres tenían claro la connotación de este atuendo que era una manera de expresar que eran inteligentes y sexualmente libres. Pod´pan hacer lo que quisieran incluso sentirse sexy.
La minifalda se había convertido entonces en un símbolo de la nueva moral al igual que el pelo largo y la marihuana. Algunos colegios en Estados Unidos y en Colombia en un esfuerzo por aplacar esta insurrección cultural instauraron el test de la rodilla. Para pasarlo, el borde la minifalda debía tocar el piso cuando las estudiantes se arrodillaran.
Sin embargo el significado de la minifalda cambió dramáticamente en los 70 cuando las mujeres empezaron a asumir roles más influyentes en la sociedad, la empresa y el gobierno. Su manera de vestir se alineó con la de los hombres en prendas que eran de tipo unisex o al menos más formales.
La minifalda fue estigmatizada como la prenda hecha exclusivamente para despertar las pasiones masculinas. De hecho se acortó cada vez más hasta convertirse en micro-minifalda, la cual al lado de los llamados “pantalones calientes” se convirtió en el uniforme oficial de las trabajadoras sexuales en todo el mundo.
5 décadas después de su creación, la minifalda sigue siendo una prenda de uso común en todo el mundo. Los centímetros por encima de la rodilla suben y bajan de acuerdo con la moda del momento pero su espíritu original de rebeldía y sensualidad por la que fue creada, aún permanecen como soporte de este ícono de la CULTURA POP.