sábado, noviembre 18, 2006

El Más Grande: Muhammad Ali (Parte III)

Fuente: The Encyclopedia of Pop Culture.
Más que llamar la atención, Muhammad Alí era un atleta de convicciones firmes. En 1.967 rehusó a ir a la guerra de Vietnam alegando que su religión le prohibía pelear en la guerra.
Su decisión se convirtió en debate público que lo condenó a prisión y le prohibió la práctica del boxeo profesional. Sin embargo su firmeza sirvió de inspiración para otros deportistas de color como el beisbolista Reggie jackson quien lo llamó “el rey de los atletas” o el tenista Arthur Ashe quien siempre vio a Alí como el hombre que siempre lucho por los derechos de los deportistas de color.
En 1.971 Ali estaba listo para reconquistar el título mundial. En marzo de ese año, se encontró con Joe Frazier en la primero de 3 contiendas épicas. A esta primera la llamaron “La Pela del Siglo”. Diferencia de Ali, Frazier era un tipo calmado, de palabras suaves, lector de la Biblia y muy humilde. Pero la noche de 4 de marzo del 71, Frazier estaba transformado en una maquina destructora que mandó a Ali a la lona y le propinó la primera derrota de su carrera por decisión de los jueces. Los cronistas de la época coincidieron que esa noche frazier no hubiera perdido con nadie.
Años después Alí tomó revancha derrotando a Frazier en dos oportunidades. En 1974 después de derrotar a George Foreman en una pelea memorable montada en Zaire, Africa, sus seguidores le hicieron saber que era la hora del retiro. Pero Ali, quien había asegurado que se retiraría con dignidad, continuó peleando por 7 años más.
Ali ganó el título por tercera ocasión en 1.978 contra Leon Spinks. Pero sus últimos años son más recordados por las brutales palizas que recibió, especialmente la humillación de su penúltimo combate a manos de Larry Holmes. Ocurrió en Las Vegas en 1.980: su entrenador tiró la toalla en el décimo tercer asalto mientras el excampeón se tambaleaba tratando de mantener el equilibrio.
El ganador más tarde lloraría por su oponente derrotado en su primera entrevista preguntándose: “¿Por qué tenía que regresar”? .
Mohammad Ali simplemente no sabía cuando ni como retirarse. Su terquedad le dejó secuelas del llamado síndrome de cerebro de pugilista, que agravó su condición combinado con el mal de Parkinson.
El mundo aún los sigue recordando como el hombre de firmes convicciones. El hombre que “flotaba como mariposa y picaba como abeja”.. Mohhamad Ali, El Más Grande.

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