martes, mayo 08, 2007

Una millonada en la muñeca

Fuente: THE WALL STREET JOURNAL

En una cena organizada por el fabricante suizo de relojes Patek Philippe para celebrar la presentación de sus nuevos modelos Nautilus, Benedetto Mauro, uno de los principales comerciantes de relojes de Italia, esperaba ordenar unos 12 relojes, que se venden en un precio que va hasta los 36.000 dólares cada uno. Sin embargo, a medida que llegaban otros compradores y coleccionistas de todo el mundo, notó cómo estaban cambiando las cosas.

El fabricante sólo le permitió ordenar un máximo de seis Nautilus. Con los precios de los relojes más exclusivos alcanzando niveles nunca antes vistos, saber qué comprar y cuánto pagar es cada vez más complicado. Los gestores de los fondos de cobertura, los banqueros de Wall Street y los nuevos magnates están impulsando la demanda.

Los fanáticos invierten entre 3.000 y 500.000 dolares en aparatos de tiempo que muchas veces, sólo los especialistas en la materia reconocen como relojes.

En respuesta, los fabricantes están aumentando la producción. Han lanzado nuevos modelos que tratan de justificar los altos precios, con joyas y marcos hechos de metales preciosos. Los tradicionalistas desdeñan tales adornos exteriores y prefieren los detalles mecánicos. Por ejemplo, el Opus V de Harry Winston tiene cubos en vez de manecillas; otros relojes tienen campanas en miniatura que con su repique indican las horas y minutos.

Los coleccionistas más serios dicen que sólo los relojes de hombre califican, ya que los delicados marcos de los modelos femeninos son demasiado pequeños para albergar todos los intrincados mecanismos.

Con las listas de espera —que se han vuelto algo habitual en la industria de bienes de lujo— los fabricantes de relojes realizan un acto de equilibrio: satisfacer la demanda y a la vez mantener la escasez de la que emana un aura de exclusividad. Audemars Piguet recompensa a sus clientes más fieles con la oportunidad de comprar primero los modelos de edición limitada que vende en sus propias boutiques. Patek Philippe reserva un puñado de los relojes más codiciados para sus mejores clientes.

Más que nunca, los relojes se están convirtiendo en objetos de colección, como los autos o el arte contemporáneo.

No hay comentarios.: