viernes, diciembre 15, 2006

James Bond, diamante eterno (Parte I)

Antes de su muerte en 1996, el productor Albert Brócoli, quien
llevó las riendas de la multimillonaria franquicia de James Bond por más de 30 años, aconsejo así a sus herederos, sus his Barbara y su hijastro Michael:

“Tenemos la gallina de los huevos de oro… No dejen que nadie la destruya”.

A lo largo de la última década, Barbara Broccoli y su hermanastro Michael Wilson se han dedicado a seguir esos consejos en sus funciones como productores de las películas de Bond. El mes pasado, la familia Broccoli estrenó en Londres, Casino Royale, su vigesimoprimer filme desde el lanzamiento de Dr. No. en 1962. Esto convierte al superespía británico en la franquicia cinematográfica más duradera de la historia.

Casino Royale, cuyo presupuesto fue de unos US$150 millones, se estreno en Colombia esta semana.

James Bond ha sobrevivido durante 44 años a ataques de villanos gracias a la ayuda de un elegante arsenal de armas de alta
tecnología, incluyendo relojes que explotan y encendedores que funcionan como granadas.

Pero en Hollywood, su arma secreta es la familia Broccoli, que ha protegido su imagen con una intensidad y dedicación sólo comparables a las del agente 007 cuando persigue a sus enemigos.

Broccoli, de 46 años y Wilson, de 64 años, dirigen la franquicia con mano de hierro: despiden a actores que no comparten su visión, se oponen a oportunidades multimillonarias de licenciamiento que les parecen inadecuadas y critican a los ejecutivos que les caen mal. Barbara dice con firmeza: “Nuestro objetivo no es hacer amigos”.

Los Broccoli deben su influencia a una serie de acuerdos firmados hace décadas. En 1961, Albert Broccoli y su socio Harry Saltzman compraron los derechos para adaptar al cine las novelas e historias cortas de Ian Fleming sobre el agente 007. A su vez, Broccoli llegó a un acuerdo con Metro-Goldwyn- Meyer Inc., que consiguió los derechos para producir, promocionar y distribuir las películas. A mediados de los 70, Saltzman vendió sus derechos a MGM, creando la sociedad de 50% que persiste hoy en día.

El acuerdo original con MGM le concede a los hermanos un nivel de autonomía inusual. Aunque esta productora y su casa matriz Sony deben aprobar todas las decisiones creativas y financieras, los Broccoli tienen la última palabra en aspectos como la contratación de actores y directores, el guión y el presupuesto.

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