lunes, febrero 05, 2007

Japón: el laboratorio mundial para la industria de las bebidas (parte I)

Si usted cree que no hay nada nuevo en la saturada industria del agua embotellada escuche con atención esta historia:
En busca de algo que la revitalizara tras un intenso día de compras, Hirae Nagisa decidió que necesitaba un poco de oxígeno. Así que ella y su hermana se sentaron en un banco en una concurrida esquina de Shibuya, el epicentro de la cultura juvenil de Japón, y empezaron a beber de una botella algo que parecía agua. Pero esta mezcla contenía entre 12 y 15 veces más oxígeno que el agua embotellada.
“Es totalmente diferente. Es deliciosa”, dice Nagisa, una estudiante de diseño de 23 años. “Además hace que mi piel se vea bonita”.
El agua embotellada enriquecida con oxígeno es el último grito en la industria de las bebidas del país. El agua con oxígeno es promocionada como un potenciador de la energía y la salud. Cuenta con una amplia clientela: desde empresarios estresados a adolescentes que quieren un estímulo en la fiesta.
Esta moda ilustra la insólita manera que tiene Japón de fabricar y vender bebidas en comparación con otros países del primer mundo. En Estados Unidos, por ejemplo, los fabricantes de bebidas llevan a cabo años de estudios de mercado antes de lanzar un producto. Los japoneses, en cambio, hacen poca investigación, ponen diferentes marcas nuevas en las tiendas y esperan a ver qué pasa.
El resultado es que cada año se estrenan unas 1.000 bebidas diferentes, convirtiendo al mercado japonés en el más congestionados del mundo.
Las que tienen éxito pueden vender más de medio millón de latas al año. Las perdedoras desaparecen en cuestión de semanas. Este enfoque ha hecho que Japón sea una especie de campo de prueba mundial para las bebidas.
Cada año, sólo unas tres marcas logran sobrevivir en las seis millones de máquinas expendedoras y más de 40.000 tiendas del país. Las que triunfan tratan de abrirse a otros mercados. Algunas de estas bebidas japonesas -como el café en lata y el té verde embotellado— se han convertido en clásicos globales. Pero otras no triunfan en el exterior y muchas fracasan dentro del propio país. Hace una década, un té hecho con extracto de champiñón diseñado para combatir el mal aliento se convirtió en una bebida muy popular. Ahora, prácticamente ha desaparecido.
En un momento más sobre la industria de bebidas en Japón y el agua sobrecargada con oxigeno en CULTURA GENERAL

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