jueves, junio 14, 2007

La rentabilidad del matrimonio

Fuente: Semana

A la hora de definir si es mejor casarse o no, las opiniones están divididas. Para los que defienden otras formas de convivencia, el matrimonio es una institución obligatoria, anacrónica y poco personal.

Los que están a favor del matrimonio, consideran que hay que marcar un momento oficial del inicio de la vida de pareja, pues ese paso significa una responsabilidad mayor por conservar la relación de por vida. Estos afirman que la unión libre es como una “ puerta de salida",

Recientes estudios, sin embargo, han mostrado resultados en otra dirección: la económica. Estos concluyeron que aquellos que se comprometen a vivir juntos hasta que la muerte los separe, terminan cuatro veces más ricos que aquellos que nunca se casan. A simple vista, la explicación parece obvia: economía de escala.

Dos personas viven mejor que una, pues de esta manera comparten gastos de administración que traen ciertos ahorros, algo que quienes viven solos deben asumir por su propia cuenta. Otros dicen que esto se debe a que la clase de gente que tiende a hacer más plata, trabaja más, planea el futuro y tiene habilidades interpersonales; también es la que permanece unida en matrimonio. Recientes estudios han reforzado estas conclusiones con otros hallazgos: el matrimonio cambia la conducta de las personas y las programa para que se vuelvan más productivas.

Robert Lerman, del Urban Institute and American University llevó a cabo el estudio. El investigador comprobó que las madres que se casaban, al cabo del tiempo estaban en una mejor posición económica que otras madres en iguales circunstancias, pero que no se habían atrevido a subir al altar.

Según Lerman, hay ventajas inherentes al matrimonio y una de ellas tiene que ver con la división del trabajo, una dinámica que se establece en los hogares nucleares para ser más eficientes.


La madre es buena para administrar la plata, el padre es bueno para hacer los arreglos en el hogar. De esta forma, los esposos se asignan funciones de acuerdo con sus capacidades, y con el tiempo y la práctica las hacen cada vez mejor. En otras palabras, se especializan y ofrecen una ventaja comparativa en dicha labor, de la cual se benefician ambos. El experto argumenta además, que los casados tienden a manejar mejor cualquier problema económico, como desempleo o quiebra, pues uno de ellos puede seguir trabajando mientras el otro consigue un nuevo oficio.

El matrimonio funciona aquí como una especie de seguro contra la enfermedad o ante la pérdida de un trabajo. Otra de las ventajas es que los casados tienden a desarrollar una concepción de la vida a más largo plazo y, en consecuencia, invierten o ahorran más que los solteros. Lerman dice que el "Sólo saber que se trata de una relación duradera estimula a las parejas a que ganen más".

Aunque lo lógico sería esperar el mismo resultado en las parejas que conviven en unión libre, lo paradójico es que el desempeño económico de ellas es más bajo que entre los casados. Los esposos son más dados a compartir sus entradas y ganancias con su pareja y sus hijos en un matrimonio. En los que simplemente cohabitan se observa una tendencia a que cada cual administre lo suyo, especialmente si los hijos son de otra relación pasada. En caso de una quiebra o un mal momento económico, es más factible que la pareja que cohabita se disuelva, a que lo haga una de casados.

Las diferencias son más visibles si se comparan los casados con los solteros. Los hombres casados toman menos, consumen menos drogas, son buenos trabajadores y ganan entre 10 y 40 por ciento más que un hombre soltero con los mismos títulos y hoja de vida. Esta es una de las conclusiones de un informe que realizó The Economist sobre el tema.

Tan importante como el bienestar económico, es el de los hijos.

Una pareja casada tiene más posibilidades de triunfar económicamente que una pareja en unión libre. Pero aparte de lo económico, también hay mayor bienestar de los hijos. Aunque un informe de The Economist señala que la mayoría de niños de padres solteros crece sin mayores problemas, estos tienen cinco veces más probabilidades de ser pobres que aquellos que viven con los padres biológicos. Pero, en condiciones normales, dos padres casados son mejores a la hora de criar un niño porque pueden ofrecerle mayor tiempo y energía durante su crecimiento.

El bienestar también tiene que ver con el grado de estudios. Una investigación encontró que los hijos de profesores universitarios escuchan en promedio 2.150 palabras por hora en los primeros días de su vida; los niños de obreros, 1.250, y los de familias pobres, apenas 620.

Y todo indica que la decisión de tener un hijo antes o después del matrimonio también tiene que ver con el nivel de estudios. Kay Hymowitz, catedrática del Instituto Manhattan, opina que por lo general las madres solteras son las jóvenes menos educadas. En 2000, apenas el 10 por ciento de las madres con grado universitario o incluso estudios superiores vivían sin esposo. El 36 por ciento de las madres que tienen entre 9 y 14 años de estudios viven con sus cónyuges. Una posible respuesta a este problema es que las mujeres con más educación saben que es mejor casarse si quieren tener hijos exitosos académicamente. Según Hymowitz , "Las familias se especializan en el éxito de los hijos. Las separadas y desiguales producen hijos que tendrán un futuro también desigual". A los que viven en unión de hecho también les va mal en estas mediciones, debido a que son relaciones más inestables y para cuando el niño ha cumplido 10 años, ya están separados.

Y, como dice Robert Lerman, "el tema no es conseguir un esposo o una compañera, sino tener una relación estable y duradera".

Y ahí esta el gran dilema, pues con la vida acelerada de hoy, cada vez menos personas se detienen a mejorar su relación de pareja. Todo lo contrario, ante cualquier problema, dan por terminado el asunto y se lanzan a una nueva relación. Si bien los hijos de parejas que pelean constantemente se benefician de una separación, no cabe duda de que el matrimonio tiene sus ventajas.

1 comentario:

Lucrecio dijo...

Decía el gran Homero Simpson, en medio de su sabiduría: "El matrimonio es un ataúd y los hijos, sus respectivos clavos"
Mil gracias Santiago Ríos por darnos en las mañanas esa brisa fresca que, al contrario de otros programas informativos, nos da tema para hablar sin perder el buen aliento.

Juan C. Betancur Q.